Análisis,

Una clase de precariedad: Por qué la clasificación errónea de los trabajadores es importante para los inversores

Cuando el camionero estadounidense Edgardo Villatoro recibió su nómina en noviembre de 2015 de XPO Logistics Inc, su sueldo bruto era de 2.054,05 dólares.

Sin embargo, la cifra que figuraba en su nómina era de 337,26 dólares. El resto de sus ingresos se destinó a gastos como combustible, seguros, aparcamiento, mantenimiento y tasas administrativas.

XPO es un proveedor de servicios de transporte y logística con 1.425 operaciones en 34 países. Al ser considerado contratista independiente por XPO, Villatoro asume costes y riesgos que la empresa pagaría si se le clasificara como empleado. Sin embargo, la situación de Villatoro es un ejemplo de los millones de trabajadores de todo el mundo que se ven atrapados en la polémica sobre la clasificación errónea, que puede dar lugar a que los empleados asuman gastos que, por ley, deberían pagar sus empleadores.

La clasificación errónea se produce cuando los trabajadores son considerados contratistas pero no tienen autonomía respecto a las empresas que les pagan. En ocasiones involuntaria y en otras deliberada, la clasificación errónea de empleados como contratistas independientes por parte de los empleadores es una de las formas más frecuentes -y controvertidas- de trabajo precario. Aunque a menudo se considera un fenómeno norteamericano, los trabajadores y los gobiernos de Europa, Australia, Nueva Zelanda y partes de Asia se oponen a la clasificación errónea.

Los trabajadores mal clasificados se enfrentan a la pérdida de prestaciones de la seguridad social y de protecciones en el lugar de trabajo, incluido el derecho a afiliarse a un sindicato, a la negociación colectiva y, en algunos casos, a ganar un salario mínimo. Comúnmente asociada con el auge de la "economía gig" y su impulso para reducir los costes laborales, la clasificación errónea se produce en muchos sectores y empresas, desde pequeñas startups hasta multinacionales establecidas.

Sin embargo, cada vez más, las empresas que recurren a trabajadores mal clasificados se han encontrado con problemas, problemas que importan a los inversores. Por un lado, los gobiernos, enfrentados a la pérdida de miles de millones de dólares en ingresos fiscales y al aumento de los costes de prestación de servicios sociales , han recurrido a los tribunales y a los reguladores. Por otro lado, un número creciente de trabajadores ha presentado demandas individuales y colectivas, que a menudo han dado lugar a importantes sanciones económicas para las empresas.

Muchos de los juicios por clasificación errónea más sonados han afectado a empresas de la economía de plataformas en línea, como la startup de mercados de servicios Homejoy o Uber, cuya serie de demandas en todo el mundo se calcula que ha costado a la empresa 161,913 millones de dólares. Sin embargo, las demandas por clasificación errónea también han afectado a empresas más tradicionales. Entre ellas se incluyeel acuerdo de 240 millones de dólares de FedExpor clasificación errónea, así como las demandas pendientes contra Google y Amazon. XPO Logistics -la empresa para la que Edgardo Villatoro conduce camiones- se enfrenta a al menos 10 demandas colectivas pendientes por clasificación errónea en EE.UU. en las que se reclaman salarios atrasados y daños y perjuicios. En España, el conductor de camiones de XPO Jesús Abad inició una huelga de hambre para protestar por la clasificación errónea[1].

Para los inversores, las razones por las que la clasificación errónea es importante van más allá de los riesgos financieros y jurídicos a los que se enfrentan empresas concretas. Tiene implicaciones más amplias para carteras enteras y para la capacidad de construir economías sostenibles, productivas e inclusivas a largo plazo. Un número creciente de estudios sugiere que el uso cada vez mayor de prácticas laborales precarias por parte de las empresas puede ser un factor que contribuya a la creciente desigualdad de ingresos, lo que a su vez contribuye al riesgo sistémico y al débil crecimiento económico.

La OCDE, por ejemplo, constató en un informe de 2015 que el aumento del número de hogares que dependen de empleos precarios ha contribuido a elevar las tasas generales de desigualdad, lo que obstaculiza el crecimiento económico a largo plazo y limita las oportunidades de inversión en los países de la OCDE. El Fondo Monetario Internacional (FMI), por su parte, concluyó que el aumento de la participación en la renta del 20% más rico se asocia a un menor crecimiento del PIB a medio plazo. Mientras tanto, las investigaciones deinstituciones como el FMI, el Economic Policy Institute y el Center for Economic and Policy Research indican una relación entre la disminución de la densidad sindical y el aumento de la desigualdad.

Cada vez se reconoce más que la gestión de activos a largo plazo requiere pensar más allá de la materialidad a nivel de empresa y tener en cuenta factores de riesgo sistémico, como la estabilidad social y política. Y aunque tener en cuenta muchas de estas cuestiones macro en la toma de decisiones de la cadena de inversión no es una tarea sencilla, algunas iniciativas con visión de futuro, como el Proyecto de Integración de la Inversión, han empezado a vincular cuestiones como los derechos de los trabajadores con un enfoque de la inversión a nivel de sistema.

Por su parte, el Comité sobre el Capital de los Trabajadores (CWC), una red internacional que conecta a sindicatos y fideicomisarios de pensiones designados por los trabajadores sobre cuestiones de inversión responsable, se une a los Teamsters para generar apoyo a una propuesta de los accionistasde XPO en su Junta General de Accionistas de mayo de 2017. Reconociendo que la forma en que las empresas gestionan su capital humano tiene un profundo impacto en el valor a largo plazo para los accionistas, la propuesta pide a XPO que publique un informe anual de sostenibilidad que incluya información sobre el enfoque de la empresa con respecto a su mano de obra. Para más información sobre la propuesta y la campaña, póngase en contacto con Tamara Herman en el CWC o con Louis Malizia en los Teamsters.

[1] 2016, 5 de diciembre. Exige sus derechos: Un autónomo (contratista) de la región en huelga de hambre y dispuesto a acabarla como un cadáver. EDCM/Efe.
https://share.ca/a-class-of-precarity-why-worker-misclassification-matters-for-investors/

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